domingo, 22 de diciembre de 2013

Cuaderno de bitácora de un desempleado - Mes 9 - ...y adiós.


El 2013 se está despidiendo de una forma nefasta. Esta foto es de hace unos días (por supuesto desde mi ventana), y ha llovido tan poco, que ni siquiera en pleno mes de diciembre, hay hierba fresca y verde en los campos. Días nublados de forma habitual, casi rutinaria, pero ínfimas cantidades de lluvia. Finalmente ganarán los especuladores, y la antigua laguna de Soliva (en la foto en la zona izquierda, al medio, justo delante del edificio blanco y rectangular) acabará cubierta por hormigón. Además, una gran empresa de embutidos española, se ha propuesto banalizar los males sistémicos de este país, y junto al gobierno actual (y los anteriores), nos han tomado por idiotas. Pues por muchos bares que tengamos y seamos como somos, yo me identifico más con los protagonistas de este documental. Debo ser un antipatriota... o algo peor.

Anteriormente hablé de la oportunidad en Viena, y lamentablemente tengo que decir que aquello tampoco cuajó. Creo que existe un momento, un punto de no retorno, a partir del que una idea, un plan, no te resulta descabellado. Es el momento en el que no tienes dudas y despegas.
Y no, no pasé de este punto, en esta ocasión. Por supuesto que hice una evaluación exhaustiva de las ventajas e inconvenientes, y no conseguí alcanzar esa sensación de seguridad como para haberme lanzado.

Posteriormente (a finales de noviembre) hice otra entrevista (estoy que me salgo). Esta vez sí que conseguí el puesto. Aquí llegamos a la parte donde los ojos se os deberían poner como platos. El contrato es muy bueno, tanto de las actividades que voy a desarrollar, como por el salario y condiciones laborales. ¿Y qué es lo extraño de este caso? Pues que el trabajo se desarrollará en un instituto de investigación en Kurdistán. Especifico, en la Región Autónoma del Kurdistán, Iraq. Inciso: se acepta igualmente Iraq que Irak, sin embargo el gentilicio es iraquí.  
Ahora mismo no voy a hablar del país, eso ya lo iré haciendo conforme esté allí. Me gustaría lanzar una idea, este país se presta a un "remake" de "Bienvenidos al norte". Imagino que se podría llamar perfectamente "Bienvenidos al Kurdistán". Pero esta vez la versión española. Y qué mejor tema central, que lo que está ahora de moda, la movilidad exterior, uy, perdón, la emigración. Porque otra vez el mismo guión, con otro país diferente sería un poco aburrido. Me refiero a "Bienvenidos al sur", que estaba bien, pero casi la misma película en distinto país. Creo que tal como somos los españoles podría ser un guión tragicómico. Vamos, la idiosincrasia del país. Se podría reflejar el drama del paro, que aún así seguimos sin perder la capacidad de reírnos en la miseria, y la idea preconcebida que se tiene, o que se puede tener, de Kurdistán e Iraq sin conocerlos. Creo que podría dar mucho juego. Y no dejando de lado la dura realidad de nuestro país, incluso introducir bastantes escenas cómicas.

Pero hoy me quiero centrar en el proceso de homologación de títulos, que para los que vayáis al extranjero, os resultará necesario.

Lo primero, es una traducción jurada. Aquí seguí el principio de búsqueda en Google. Encontré una empresa, y pedí presupuesto:

Traducción jurada 1 (400€) Ô_Ô
A ver, a ver... ¿qué me estáis contando? ¡Vaya pasta que me voy a dejar en el proceso!

Así que tiré de contactos (y vio Dios el networking, y pensó que era bueno) y conseguí un presupuesto bastante más asequible, a lo que llamo Traducción jurada 2 (no, no me he quebrado la cabeza pensando, así soy yo, directo y sencillo). Casi me pareció un regalo de Navidad, comparada con la 1.

¿Qué se hacen con un montón de traducciones juradas? Al igual que con los originales, legalizarlas. Hay dos vías, vía legalización directa, o si el país de destino ha firmado el Convenio de la Haya, Apostilla de la Haya (Ministerio de Justicia).
La mía es la primera, así que me trasladé a Madrid. De forma resumida estos fueron mis pasos:

Ministerio de Educación (Paseo del Prado 28), legalización de los documentos originales. No hay que pagar nada, ni hace falta cita previa.
Cuidado con los documentos con p.o. de firma, ya que no los aceptan. Es una gracia si vienes de fuera de Madrid (hay otras delegaciones de Educación en otras ciudades). En mis documentos hubo algún problema, porque uno de ellos (certificación académica de máster) no estaba firmado por ninguna de las tres personas indicadas... me lo legalizaron porque tenía otro documento de la misma universidad en el que una de esas tres personas sí había firmado. OJO con esto, comprobad que los documentos están firmados por rectores. Y que si pone rector fulanito de tal, o vicerrector menganito, que esté su firma (a veces invisible de puro evidente).
No legalizan tesis doctorales ni trabajos de máster (había que intentarlo).
Sí legalizaron mi título de máster, el de doctor (en realidad pretítulo), y la certificación académica personal de máster (las asignaturas y notas). Uno de los documentos que traje (25 € por la certificación de lectura de tesis, emitido una semana después de la defensa), no me sirvió para nada. Así que no tengo claro el porqué de su emisión por mi Universidad.
Me surge la duda de que si tras la legalización, mis documentos son legales para siempre... ¿qué eran antes mis títulos académicos?


Ministerio de Asuntos Exteriores, legalización de traducción jurada, y también de originales.
No hay que pagar nada. Un original y su traducción jurada se consideran como documentos únicos (a efectos de pedir la cita). Me lo sellaron todo (originales y traducciones juradas).
Las legalizaciones en exteriores llevan cita previa, en el siguiente enlace. Hay que indicar la fecha de expedición de los documentos (en mi caso de los títulos de Máster y Doctorado, y de las correspondientes certificaciones académicas). Es MUY importante indicar bien el DNI. Este proceso es rápido. Casi que fui yo el que les hizo perder el tiempo. El peor día es el lunes, en los que se atasca más el proceso.
Esta oficina está muy cerca de la de Educación. La dirección es c/ Juan de Mena, 4.

El siguiente paso en este tipo de proceso de legalización, es pasarse por la embajada del país de destino, en este caso la de Iraq. Previamente llamé para preguntar por el proceso de legalización de documentos, y cuánto hay que pagar. Me respondieron que 134 € por sello. Ö_Ö
Indiqué que eran documentos académicos, y me aclararon que 6 € por sello. Lo anterior es en el caso de empresas. Dejé títulos y traducciones en la embajada, y los recogí al día siguiente.

El último paso en España, es la oficina de representación del Kurdistán. En el siguiente enlace viene todo el proceso muy detallado y explicado. Ojo, que no están en c/ Serrano, sino en c/ Puerto de Santa María (a unos 400 m de la embajada de Iraq). En cuanto sellan los sellos de los sellos de los sellos, el proceso está acabado. Después de esto ya hay que hacer el resto de gestiones en persona, en el Ministerio de Educación en Erbil (Arbil, Arbela, Hawler). Ni que decir tiene que este cuarto paso es únicamente necesario para ir al Kurdistán. 
Inciso: No tenía ni idea de que la batalla de Gaugamela tuvo lugar cerca de Arbil. Me lo dijo mi padre hoy. 


En ambas oficinas (Iraq y Kurdistán) son extremadamente amables. Casi me invitan a tomar un té. :)

Lo único negativo que puedo destacar, es que mi título de Máster tiene una gran cantidad de sellos en la parte posterior. Imagino que como tenga que emigrar a un par de países más, no va a poder leerse nada... :D
Me pregunto ahora si hubiera colado una de las copias auténticas que tenía (compulsadas)... Lo intentaré cuando vaya a por la Apostilla. A ver si cuela y consigo tener fotocopias del título apostilladas. Lo de las copias auténticas, es decir compulsadas, funciona aquí, no tengo claro si en educación-exteriores, o en justicia, lo aceptarían. El mes que viene apostillaré los documentos (en previsión de futuros movimientos migratorios globales). Ya que nos ponemos...

¿Cómo me siento hoy? Genial por saber que el próximo 1 de marzo (de 2014) empezaré a trabajar de nuevo. Oficialmente, tras 11 meses en paro (el próximo febrero de 2014), vuelvo a la vida activa. Se acabó el invierno... Mal porque me tengo que dejar al peque y a mi esposa... Movilidad exterior lo llaman... Espíritu aventurero... Yo lo llamo espíritu de supervivencia, resiliencia. Las dos frases anteriores (en negrita) también se conocen como tocar los... 

Me gustaría volver a colgar un vídeo. Ya lo inserté hace tiempo, al inicio del camino que ahora se acaba. Tiene gracia que lo subiera un domingo por la noche... igual que hoy.



El miércoles pasado estaba sentado en el Parque de la Montaña, donde está el templo de Debod, en Madrid. Me encontraba en un banco, disfrutando de una vista panorámica de la ciudad, mientras numerosos turistas iban y venían haciéndose fotos con el Palacio Real de fondo, y distintos habitantes de la ciudad practicaban deporte. De repente me acordé que 10 años antes, en 2003, si bien en noviembre de aquel año, también estuve sentado en un parque. En el Jardín Botánico de la UNESP en Botucatu. El mismo tipo de día, cielo encapotado, a punto de llover, igualmente por la tarde. En aquel preciso momento de mi vida hace 10 años, en Brasil, me invadió la sensación de que no tenía problemas en los que pensar. Sentí por un momento lo que creo que es la felicidad. Sentirte completo. Hace tres días volví a experimentar el mismo tipo de sensación. A pesar de estar en medio de una tormenta personal (situación laboral), el hecho de haber conseguido salir de este maldito agujero (o ver la luz al final del túnel, sentir la brisa del exterior), de haber alcanzado el máximo grado académico, de tener junto a mí a dos grandes personas que me completan (el peque, y mi esposa), me lanzó a ese punto, ese momento en el que te das cuenta de que no hay problemas en los que pensar, que eres feliz. No voy a fundar algún tipo de secta de la gominola, y empezar a vender un método de iluminación. Alcanza la felicidad como quieras, yo sólo comparto uno de los momentos en los que he podido alcanzarla (y no, no me puse a levitar, ni mi aura brillaba en colores, ni nada por el estilo).
Existen muchos tipos de felicidad, y no digo que haya que ser tremendamente optimista (actitud que no me gusta), ni que haya que dejar de lado la lucha continua, ni bajar la guardia. Pero a veces hay que disfrutar del momento, y aquel lo era. Sin duda.
Siento curiosidad por saber en qué parque me sentaré dentro de 10 años, y qué habré conseguido. Lo que tengo claro, es con quienes compartirlo.

Por último, me gustaría reflexionar sobre lo cómico de la situación (desde un punto de vista un tanto extraño). Mi abuelo fue emigrante. A mi generación le ha vuelto a tocar. A partir de ahora yo también seré emigrante. La historia se repite. 


Que haya suerte. May the force be with you.

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